Posteriormente, se realizaron una serie de talleres en San Andrés, Providencia y Santa Catalina, con el apoyo de Coralina, con el objetivo de que las comunidades locales y raizales pudieran validar los resultados obtenidos a través del estudio de las imágenes satelitales y de los mapas. Por medio de estos espacios se conoció, a través de los habitantes, las degradaciones y transformaciones presentes en el territorio y cómo estás han afectado sus medios de vida, además, de identificar y corroborar los escenarios de priorización para la posterior formulación del plan de restauración de las islas.
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“Nosotros buscamos recuperar nuestra diversidad, nuestras costumbres y para eso debemos recuperar la naturaleza. En Providencia hay lugares con erosión y otras con contaminación. Además, se deben proteger algunas especies como el escarabajo ya que son muy importantes para el ecosistema, sobre todo para el bosque seco, su función es poder moler o triturar y dejar todo para el abono”, manifestó Dernick Martínez, habitante de Providencia.
En los talleres los participantes identificaron en los mapas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, las zonas que han sufrido algún tipo de degradación y transformación. Después, realizaron ese ejercicio a un nivel más detallado, en el de sus predios o fincas. También debatieron sobre cómo podrían realizarse los procesos de restauración ecológica para recuperar los servicios ecosistémicos teniendo en cuenta los sistemas productivos tradicionales y los medios de vida de los pobladores de las islas.
“Es bueno por un lado ver la priorización hecha por nosotros y por el otro lado tener la perspectiva de las comunidades para definir las estrategias. Usualmente se trabaja mucho desde la cartografía y no se tiene la posibilidad de validar los resultados en campo y claramente hay diferencias. Nosotros trabajamos con un enfoque de restauración de paisaje, con una mirada integral, pero el tener la información de las comunidades permite identificar qué estrategias se pueden realizar o no, además de entender otros enfoques, es un trabajo que complementa mucho los análisis”, aseguró Paola Isaacs, investigadora de Gestión Territorial de la Biodiversidad del Instituto Humboldt.
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La investigadora Isaacs además agregó que la participación comunitaria es muy importante en los procesos de restauración, ya que son las personas que viven en el territorio quienes validan estas estrategias y las hacen realidad y perdurables en el tiempo.
Por su parte, Gloria Andrea Murcia, bióloga e investigadora de Coralina, dijo que: “La participación comunitaria en las expediciones científicas y en general en la investigación es fundamental, ya que hace posible que la comunidad se involucre en la búsqueda del conocimiento de los ecosistemas presentes en su territorio. Además, nos permite a los investigadores incluir esos conocimientos ancestrales en nuestros estudios y lograr que finalmente la comunidad se apropie y conserve la riqueza ecosistémica que posee”.
‘El bosque seco’ o ‘Drai fores’ un libro infantil que busca la apropiación social del conocimiento
“¿Qué tal si hacemos un viaje con la mente?, ¡vamos!
Cierra los ojos y deja que el sonido de las hojas que caen de los árboles te envuelva.
Hace mucho calor y el canto de las chicharras enamoradas invade el ambiente. Chiii…
¡Estamos en el bosque seco tropical!”
Así comienza la historia de ‘El bosque seco’, escrita por Cristina Romero Ríos, ingeniera ambiental con una maestría en Divulgación Científica y Apropiación Social del Conocimiento, quien mientras se encontraba realizando sus estudios se topó con una cifra que la alarmó: de 9 millones de hectáreas que Colombia tenía de bosque seco tropical, solo quedaba un 8 por ciento en 2021.
Esa cifra desconcentrarte hizo que la escritora comenzara a pensar en un producto divulgativo que mostrara la belleza e importancia del bosque seco tropical. Fue así como su trabajo se materializó en el libro infantil.
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“Para el bosque seco aunque se ha investigado bastante todavía hay muchos baches de información. Cuando hay nuevos hallazgos o se reconocen cosas importantes para la ciencia generalmente se difunden por artículos muy especializados o dirigidos a tomadores de decisiones, casi nunca se piensan publicaciones divulgativas para un público más amplio y son quienes viven en el territorio del bosque seco tropical. Estar en San Andrés y Providencia y entregarles a las niñas y niños estas publicaciones divulgativas que se acerquen a su lenguaje y corazones es muy importante”, aseguró la divulgadora científica.
Como bien lo contó Romero Ríos, como parte del componente de divulgación científica y apropiación social del conocimiento de la Expedición Seaflower Plus 2021, se entregaron a los niños, niñas y a algunos colegios y bibliotecas de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina 400 ejemplares del libro ilustrado, que también tuvo su versión en creole titulada ‘Drai Fores’. La traducción fue realizada por Javier Hudgson, lingüista quien ha dedicado parte de su vida al estudio y conservación del creole.
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“Es un reto escribir en creole por su complejidad, todavía no hay un consenso claro de la escritura de muchas palabras y sonidos, además, debemos tener en cuenta que el creole está en un proceso casi de extinción. Hacer una historia para niños en creole es algo maravilloso porque es una historia contada para nativos desde su hogar”, contó Hudgson, quien además agregó que es importante acercar la naturaleza nativa a los más jóvenes porque “el hombre solamente puede vivir de la madre naturaleza, el hombre vive de lo que provee la naturaleza. Nuestras viviendas, recursos, incluso computadoras y todo lo que usted se imagine viene de la naturaleza, sin ella estamos fritos, por eso es importante que los jóvenes reconozcan su importancia y su entorno”.
La Institución Educativa Antonia Santos sede Ruben Dario en San Andrés y en la posada Agua Dulce en Providencia, fueron dos de los lugares donde se realizó la entrega del libro infantil ilustrado. En ambos eventos participó la autora Cristina Romero Ríos y según sus palabras “esto fue una experiencia muy positiva, me siento privilegiada. Personalmente no había venido a las islas. Entregar los libros y ver la reacción de los niños y niñas y hablar con ellos sobre el bosque seco es algo gratificante. Es muy estimulante y emocionante ver como lo que pensé en un principio se hizo realidad. Además me pareció muy importante acercarse a los corazones de las personas desde su lengua materna y fue clave la versión en creole y el apoyo de investigadores como Roy González Martínez”.
El libro en sus versiones en español y creole se encuentra disponible para descarga en el repositorio del Instituto Humboldt y es una manera de generar en los niños y niñas conciencia sobre la conservación de los ecosistemas.
Una guía de especies priorizadas para las islas construída con las comunidades raizales
El trabajo de divulgación científica con las comunidades de la Expedición Seaflower Plus 2021 también se reflejó en la creación de una guía de especies priorizadas para las islas llamada: Biodiversidad icónica en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
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Esta guía fue creada en conjunto con las comunidades locales y raizales de las islas que hacen parte del programa de incentivos económicos a la restauración y preservación de áreas estratégicas y ecosistemas marinos y terrestres después de los huracanes Eta e Iota, y los investigadores que participaron de la expedición.
La Expedición Seaflower Plus 2021 fue una oportunidad para que a través del diálogo de saberes se pudiera construir un producto que aportará a la gestión integral de la biodiversidad de las islas y además acercó a las comunidades al quehacer científico y a los investigadores al entendimiento de la cultura raizal.
La guía construida en conjunto entre investigadores y los raizales tiene la particularidad de estar escrita en tres idiomas: español, inglés y creole. Además, 90 de estas guías quedaron en manos de la comunidad e igualmente pueden descargarse desde el repositorio del Instituto Humboldt.
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Ada Archbold, Bernardo Bernard (Big Buay), Claudia García, Domingo Sánchez, Hawthorn Newbal (Mock), Herminio Livingston, Jhondy Livingston, Jimmy Britton, Kenet Britton, Leonardo Livingston, Orvis Dilbort Henry, Paola James, Rolando Taylor, Rosalía Ureña, Sebastián Torrizo, William Stephens, Tida Robinson Steel, Hannah Clark, Rodrigo Powell, Romel Hooker, Sharlon A. Hudgson Bent, Susana Forbes Corpus, Nubia Robinson, Humberto Pedroza Steele, Nahomy Forbes Corpus, Catalina Corpus, Celia Brandt, Tatiana Dilbert Vargas, Mirna Reyes Narváez, Angélica Brock, Leadit De la Cruz Brandt, Delton Lever McGowan, Graciela Bryan Eden, Nazabeth Archbold, Braulio Sjogreen, Micheli Escalona, Bladimir Whitaker, José Murcia Archbold, Casilda Duffis Guzman, Ivonet Mesino, Jenny Webster, Doris Bernard, Jeiner Howard, Ucal Livingston, Rocky Stephenson, Yanixa Bowden, Jorleny Archbold, Danaly Archbold Mitchell, Jasmina Mitchel Archbold, Joanny Webster, Ralbort Hudson, Zaldua Dawkins, Orelio Chamorro, Feliciano Whitaker, Marvel Hawkins O’neall, Linzale Charles Bernard, Pedro Mclean, Adrian Huffington, Shanna Lee Martinez, Elin Chamorro, Adan Henry, Mike Steele, Uriah Steele, Isabel Barrios Álvarez, Rosalina Britton, Orlado Henry, Renato Robinson, Reinaldo Robinson, Elisabeth Cortés, Sombra Ward, Ismael Jay, Marelee Newball, Conroy Livinston, Minival Ward, Julie Duffis Mclean, Ildiana Saams, Janine Livingston Howard, Janilee Livingston, Oscar Bernard, Sofía Donado, Ferma Livingston, Norberto Genaro Newball.
Para Roy González Martínez, investigador de la línea de Gestión de Ecosistemas del Instituto Humboldt y coordinador técnico de la Expedición Seaflower Plus 2021, el trabajo realizado dejó varias enseñanzas. “Es claro que al estimular los procesos de apropiación social de conocimiento se fortalecen notoriamente las actividades en investigación en doble vía. La interacción generó procesos colaborativos muy orgánicos con todas las personas interesadas en la rehabilitación social y ecológica de San Andrés, Providencia y Santa Catalina”.
La apropiación social del conocimiento fue un eje fundamental en la Expedición Seaflower Plus 2021, tanto así, que complementó y fortaleció la investigación en biodiversidad en las islas y sirvió para el desarrollo de productos que permitieron la divulgación del trabajo realizado.
La Expedición Seaflower Plus 2021 contó desde el principio con el apoyo de las comunidades locales y raizales. Su trabajo complementó los procesos de investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos y permitió el desarrollo de productos que orientarán la rehabilitación ecológica y social de las islas. Además, en el marco de la expedición se entregó el libro infantil ‘El bosque seco’ con versiones en español y creole para los niños y niñas de las islas.
La Expedición Seaflower Plus 2021 comenzó en agosto del año pasado y tenía como propósito entender cómo se recuperaba el sistema natural de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina después de casi un año del paso de los huracanes Eta e Iota. De igual manera, debía generar lineamientos para la rehabilitación ecológica y social del archipiélago. Para lograrlo, se evaluaron los grupos de plantas, mamíferos, insectos, recursos hidrobiológicos, aves, anfibios y reptiles.
Cada uno de los equipos de trabajo y evaluación contó con la participación de las comunidades locales y raizales, quienes con su conocimiento del territorio y de los medios de vida de las islas apoyaron y complementaron el trabajo de los investigadores del Instituto Humboldt, Ideam y Coralina en campo. El resultado de ese trabajo articulado permitió la actualización del mapa de unidades bióticas y el portafolio de restauración, rehabilitación, recuperación y conservación de las islas, en este último, el aporte de las comunidades asumió un rol protagónico.
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Para establecer los escenarios de prioridades de restauración de las islas, los investigadores del Instituto Humboldt realizaron un ejercicio de priorización espacial. “En esa primera etapa de la Expedición Seaflower se exploraron una serie de imágenes satelitales y otro tipo de mapas que, de cierta manera, permitieron construir la historia previa y posterior al huracán Iota. En ese trabajo ubicamos zonas que son muy importantes para la prestación de los servicios ecosistémicos y zonas que podrían ser prioritarias para los procesos de restauración”, explicó Sergio Rojas, investigador de Evaluación y Monitoreo de la Biodiversidad del Instituto Humboldt.