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Árboles y educación: la fórmula para enriquecer los bosques secos tropicales en Honda, Tolima
Árboles y educación: la fórmula para enriquecer los bosques secos tropicales en Honda, Tolima
autor
Julián Sáenz
publicación
12.1.21

Son 20.000 los árboles sembrados en el convenio entre Coreducación y el Instituto Humboldt para el enriquecimiento de los bosques en la región. Además, la educación jugará un papel importante para el proceso de restauración y conservación de los ecosistemas.

Son 20.000 los árboles sembrados en el convenio entre Coreducación y el Instituto Humboldt para el enriquecimiento de los bosques en la región. Además, la educación jugará un papel importante para el proceso de restauración y conservación de los ecosistemas.

“Para la selección de especies tuvimos en cuenta estudios previos que se han realizado sobre la composición y estructura del bosque seco tropical y criterios ecológicos como el gremio ecológico, mecanismo de dispersión de semillas, la tolerancia, la sensibilidad o la respuesta post fuego y el interés social de las comunidades en algunas plantas. En suelos degradados por el pisoteo del ganado incluimos especies con capacidad de adaptación a suelos pobres y que tengan un valor de uso importante para las comunidades y los propietarios”, manifestó Angie Montañez, coordinadora técnica de campo por parte de Coreducación.También puede leer: Árboles viajeros: conozca la travesía de enriquecer los bosques en La Guajira

Los 20.000 árboles de las 38 especies seleccionadas fueron producidos por el vivero Tierra Negra y se sembraron en 13 predios, de los cuales 12 son de propiedad privada. Estos terrenos están localizados en las veredas de: Caimital (una de las más afectadas por los incendios), El Tambor, Guacimal; kilómetro 42 del municipio de Honda y la vereda El Hato en el sector entre Armero-Guayabal.

“Empleamos diferentes estrategias de restauración como enriquecimiento bajo dosel y enriquecimiento en claros, en donde combinamos especies de rápido y medio crecimiento y atrayentes de fauna para recuperar la estructura del bosque. Además, realizamos ampliación de borde en algunos lugares para ampliar bosques, recuperar rondas hídricas y favorecer la conservación del agua. También, desarrollamos nucleación pensando en términos de paisaje y en la formación de corredores y, por último, cercas vivas y franjas forrajeras”, agregó Montañez.

También puede leer: El corredor del yaguarundí: un sueño que unirá dos cordillerasEl invierno vivido entre octubre y noviembre de este año fue el desafío a vencer en las siembras realizadas. Las fuertes lluvias hicieron que crecieran las quebradas y estas, a su vez, en varias ocasiones hicieron imposible el paso de los operarios y las plántulas hacia los terrenos seleccionados.

Bajo el agua quedaron muchas veces los esfuerzos de los operarios que veían con asombro como los huecos donde se iban a sembrar las plantas pronto se inundaban. Y en más de una ocasión llegaban las noticias de camionetas e incluso volquetas quedaban enterradas en medio del barro de algunos de los caminos. Sin embargo, la determinación de estas personas fue más fuerte y a pesar de las dificultades los 20.000 árboles fueron sembrados.Educación, la otra clave para el renacer de los bosques en HondaAsí como se enriquecen los bosques, se enriquecen las personas y la forma como lo hace Coreducación es por medio de la enseñanza y la transferencia de conocimiento.

Por eso desde la institución educativa realizaron tres cursos teórico prácticos abiertos a la comunidad, en los que enseñó sobre: viverismo y propagación de especies del bosque seco; conservación del bosque seco y; exposición itinerante:el baúl del bosque seco con estudiantes de varios colegios de Honda. Estos fueron liderados por investigadores de la Universidad Distrital Ángela Parrado, Andrés Avella y Armando Villota.

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Para Nohora Rojas, quien participó de todos los cursos dictados está experiencia fue: “magnífica, aprendí muchas cosas y también afiance otros conocimientos. Es darse cuenta que las personas que son ganaderas también deben ser vigías del bosque y de las especies. Que tiene que haber una relación amigable entre nuestros proyectos y el ambiente, no debemos acabar con los suelos ni con los árboles nodriza. Yo no conocía la importancia de los árboles nodriza y que alrededor de esos grandes árboles se formaban otros. Todo fue muy bueno”.

Por otra parte, los estudiantes de los colegios General Santander, Alfonso Palacio Rudas, Comfenalco y Técnico Bilingüe participaron del curso baúl del bosque seco. “En este curso, la intención era que tanto docentes como estudiantes de los diferentes cursos entendieran la importancia de los bosques secos y reconocieran los servicios ecosistémicos que ellos nos brindan”, agregó González.

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“Nos explicaron sobre los bosques secos y sobre lo que sucede con la contaminación.

Después fuimos al aula vivero donde nos explicaron el crecimiento de las plantas y nos obsequiaron una. No conocía todas las plantas y animales que estaban en el bosque y eso me pareció interesante”, dijo Silvia Preciado, estudiante del Colegio Bilingüe, quien cursa octavo grado.

El profesor de español y lectura crítica, Oscar Zuluaga, del Colegio Bilingüe y quien también participó de los cursos, por su parte, resaltó que: “es importante mostrar las consecuencias de la tala o la contaminación, de que nos pongamos a pensar qué pasa si se siguen haciendo estas cosas. Y además, reflexionar de qué manera podemos contribuir a la conservación de los bosques desde los cambios de algunos hábitos o desde algunas acciones como la siembra de árboles”.

Al finalizar el curso, los 200 estudiantes que participaron de las actividades recibieron un árbol donado por el vivero Tierra Negra con el fin de que cada uno, de forma autónoma, lo sembrara.

Para Coreducación es tan importante enriquecer los bosques como enriquecer las personas, por eso su fórmula es: árboles y educación.Durante siete días en Honda (Tolima) se perdieron más de 2.000 hectáreas de bosque por causa de un incendio forestal en 2019. El municipio declaró la calamidad pública y la conflagración solo pudo ser controlada gracias al trabajo que en su momento realizaron el cuerpo de Bomberos, el Ejército, la Defensa Civil, la Cruz Roja, la Brigada Forestal de Cortolima, entre otras instituciones.Durante ese agosto todo parecía ser fuego y nubes de cenizas. Tanto así, que muchos de los habitantes de Honda aseguran que ese fue el incendio más grande en la historia del pueblo. En su memoria todavía mantienen vivos los recuerdos de los bosques que desaparecieron en medio de las llamas y de la fauna que junto con las plantas también se perdió.También puede leer: El reto de devolverle espacio a los bosques en IbagueDos años después, este municipio ribereño busca renacer de las cenizas y lo hace a través del enriquecimiento de sus bosques, de las zonas afectadas por los incendios y de la educación de sus habitantes.Para ello, la Universidad Distrital comenzó a estudiar la extensión, severidad y los efectos del incendio forestal y además estableció un acuerdo de apoyo científico con Coreducación. Posteriormente, Coreducación y el Instituto Humboldt firmaron un convenio para la siembra de 20.000 árboles nativos en el marco del programa de siembra de 180 millones de árboles “sembrar nos une”, liderado por el Ministerio de Ambiente. Convenio que, también, contó con componente educativo.El equipo de trabajo en este proceso estuvo integrado por los docentes de la Universidad Distrital Angela Parrado, Andrés Avella y Wilmar Fernández. Por parte de Coreducación participaron Giovanni Vargas, Angie Montañez, Soraya Rodríguez, Julián Cuellar, Ana María González y Daniela Giraldo. Además, se contó con el apoyo de los pasantes de la Universidad Distrital María Fernanda Alonso y Manuel Montealegre en el proceso de zonificación de sitios para la restauración.

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