En Colombia solo queda el 9 % del bosque seco, que se estimaba tenía una extensión de 8 millones de hectáreas en los años 80. Este ecosistema, considerado uno de los más estratégicos pero más amenazados del país, se podrá conservar gracias a una estrategia que permitirá la protección y el uso sostenible de más de 18 mil hectáreas de este bosque en la región Caribe y el valle interandino del río Magdalena. El proyecto “Uso sostenible y conservación de la biodiversidad en ecosistemas secos” es iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Instituto Humboldt, el Fondo Patrimonio Natural y la Corporación Paisajes Rurales.
La propuesta, que inició con una expedición científica a la cuenca del río Cañas en la zona baja de la Sierra Nevada de Santa Marta, pretende recoger información y datos del estado actual de los bosques secos del país. La expedición también recorrerá cinco cuencas más, ubicadas en los departamentos del Cesar, Bolívar, Tolima, Huila y Valle del Cauca, con lo que se espera promover el uso sostenible y la conservación de la biodiversidad de estos ecosistemas, incluyendo acciones para la mitigación de la deforestación y la desertificación.
Uno de los objetivos más importantes del proceso es lograr una línea base a través de la puesta en marcha de parcelas permanentes para la investigación y la obtención de datos sobre el estado y la conservación de los bosques secos del país, lo que permitirá hacer un análisis de la viabilidad para el desarrollo de actividades REDD+, que contribuirán a la reducción de la pérdida de este ecosistema. De igual manera, se gestionará la declaratoria de 12 nuevas áreas protegidas regionales para la conservación del bosque seco, con sus planes de manejo ambiental.
El proyecto tendrá una duración de cuatro años y se espera trabajar de la mano con las comunidades que viven de los servicios ecosistémicos que presta el bosque seco en más de 18 mil hectáreas de uno de los ecosistemas más degradas pero más importantes para Colombia.