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Invasiones biológicas y biodiversidad: el efímero momento de la ciencia”: Germán Ignacio Andrade
Invasiones biológicas y biodiversidad: el efímero momento de la ciencia”: Germán Ignacio Andrade
autor
Paola Martínez
publicación
3.3.23

Las especies invasoras son un tema de intenso debate. De un lado, se plantea el problema que supone la expansión de individuos y el establecimiento de especies no nativas.

Para entender mejor este fenómeno, entrevistamos a un reconocido experto en conservación de la biodiversidad.Germán Ignacio Andrade, biólogo de la Universidad de los Andes con Máster en Estudios Ambientales de la Universidad de Yale; ex director de la Fundación Natura, exsubdirector y actual asesor del Instituto Humboldt, profesor universitario y miembro experto de la plataforma de biodiversidad y servicios ecosistémico IPBES, nos respondió las preguntas clave para comprender lo que hoy está en juego con las invasiones biológicas.

P: Exóticas o invasoras son términos que se usan para referirse a las especies que no son nativas de una zona específica; pero ¿de qué estamos hablando en realidad?

Respuesta: No se trata solamente de que una especie sea exótica o nativa; pues muchas de las que tenemos en nuestro entorno inmediato no son nativas. Por ejemplo; el café, que es importante en la economía nacional, es una especie traída de afuera de nuestro territorio y, así, son cientos o miles las que tienen este estatus. Entonces, desde el punto de vista de impactos en la biodiversidad, de lo que debemos hablar es de especies exóticas que tienen el potencial de desencadenar invasiones biológicas.

P: Explíquenos mejor…

Respuesta: Las invasiones biológicas pueden ocurrir cuando los organismos son transportados a áreas nuevas, donde encuentran condiciones favorables, se instalan, dispersan y persisten, generando un riesgo a la biodiversidad local y, frecuentemente, una alteración en los ecosistemas. Estas introducciones pueden ser deliberadas o accidentales.Una gran parte de las invasiones biológicas que hoy afectan a la biodiversidad no han sido deliberadas y ocurrieron antes de 1992, es decir, antes de que naciera el Convenio sobre la Biodiversidad Biológica. Este punto es vital entenderlo, es decir, cuándo sucedió y cuál fue la intención, para comprender todo lo demás.

P: Según lo que usted explica, existe un acuerdo internacional para declarar una especie exótica con riesgo de invasión biológica, es decir, esto no es un capricho de los biólogos.

Respuesta: Correcto. Al respecto, cabe aclarar que, en el Convenio sobre la Biodiversidad Biológica, que es un tratado internacional, se señala con toda claridad que las invasiones biológicas son la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo.

Este es un hecho científico y constatado en todas partes del planeta, prácticamente no hay ningún lugar de la tierra exento a este fenómeno. Igualmente, algunas instituciones como la Unión Mundial de Conservación de la Naturaleza -UICN- han establecido listas con las especies invasoras más relevantes a nivel mundial.Esta es una situación cada vez más acentuada, especialmente en un mundo globalizado en el que los seres humanos y nuestros productos transitan con facilidad de un continente a otro. Las invasiones biológicas aumentan como uno de los mayores riesgos globales para la biodiversidad.Además, se debe tener en cuenta que en escenarios de cambio climático, algunas regiones del mundo estarían ya sometidas a nuevas presiones de invasiones biológicas. En este marco, los países signatarios del acuerdo mundial tienen la potestad de realizar sus listas nacionales de especies invasoras, con el fin de salvaguardar la biodiversidad

.P: En este debate, entidades como el Instituto Humboldt ¿qué función cumplen?, teniendo en cuenta que, para algunos, la ciencia puede convertirse en una amiga poco grata.

Respuesta: El Humboldt, como uno de los institutos que hacen parte del Sistema Nacional Ambiental, SINA, desde su creación viene trabajando en lo que llamamos la interfaz entre la ciencia y las decisiones políticas. El Instituto promueve, coordina y produce conocimiento, para que sea tenido en cuenta en las decisiones que toman las autoridades ambientales.

Por ejemplo, cuando el Instituto Humboldt -en asocio con universidades o centros académicos- estudia la invasión biológica de un animal como el hipopótamo (especie ya catalogada en Colombia como invasora), usa conceptos y técnicas validadas en las ciencias de la conservación, tales como: censo, estimación de la tasa de crecimiento de la población, estudios del hábitat disponible, cambios en su distribución y generación de riesgos.

Además de esto, el Humboldt -y en este caso la Universidad Nacional- vienen documentando las percepciones que tienen los pobladores frente al fenómeno y los registros sobre el encuentro de estos animales con los seres humanos, estableciendo así los riesgos actuales y potenciales de esta singular invasión biológica frente a la biodiversidad y la vida de los pobladores locales.Esta información se emplea como insumo para la definición de lineamientos de manejo y se produce en convenio con el Ministerio de Ambiente, entidad que como autoridad ambiental es la encargada de tomar las decisiones del caso. Es una relación entre la autoridad científica y la autoridad ambiental. El Ministerio tiene en cuenta este insumo de la ciencia, pero frecuentemente tiene que ponderar sus decisiones frente a otros asuntos emergentes que afectan el proceso.

P: Esto significa que la determinación de catalogar una especie como invasora parte de la ciencia; pero ¿las políticas de manejo son una decisión administrativa?

Respuesta: Las especies no se incluyen en la lista por un capricho, por orden alfabético o por departamento, no. Entran en el proceso como una decisión que corresponde a una política nacional de conservación de la biodiversidad, la cual hace parte del acuerdo internacional.Entonces, el Instituto Humboldt puede señalar los riesgos de invasiones biológicas en el país y, de hecho, maneja una lista con base en criterios científicos. Pero, el Ministerio de Ambiente es quien ingresa las especies a la lista y, lo más importante, es que, en casos de grave riesgo, es el encargado de definir el plan de manejo correspondiente, cuando la invasión biológica alcanza el territorio de más de una autoridad ambiental.

P: ¿Porque, si esto obedece a un análisis tan serio, declarar una especie como susceptible a ocasionar una invasión biológica genera tanta polémica?

Respuesta: Este no es un asunto sencillo, porque no se trata solamente de seguir los elementos de la ecuación científica que caracterizan a una especia como invasora –como esperarían muchos-; sino que existen otras formas de valoración que han venido adquiriendo fuerza en el debate, a nivel nacional o internacional.Hoy entran a jugar otras dimensiones de la percepción social y del derecho -animales o seres humanos sujetos de derecho- que deben ser ponderadas por las autoridades ambientales o judiciales. Por ejemplo, los campesinos tienen derecho a su cultura, a sus prácticas y formas de vida, a su seguridad ambiental; pero también se pueden constituir en víctimas directas de una especie invasora.Entonces, en la decisión de catalogar una especie como invasora e iniciar su control, hay un lugar para la ciencia, pero en ocasiones es efímero, pues mientras se toman las decisiones, las invasiones biológicas pueden avanzar irreversiblemente. Sin ciencia oportuna (evitar y prevenir), se abre la caja de pandora de la complejidad social y jurídica de las invasiones biológicas.

No existen decisiones simples de gana – gana cuando lo que priman son las decisiones que se basan en compromisos. La ponderación de lo que está en juego es compleja, pues mientras el plan de manejo se basa en protocolos exactos, no existe un protocolo para la ponderación de los valores y derechos que están en juego.

P: Si se habla de ponderar ¿se puede caer en la idea de que sí debemos vivir con estas especies ¿es así?

Respuesta: Quiero ser muy claro en que estas especies sí deben estar en la lista, eso no está en discusión desde la ciencia. La prevención, control y direccionamiento del manejo es el aporte de la ciencia. Pero, esto no implica que no se tengan en cuenta otros aspectos como, por ejemplo, asuntos sociales complejos cuando hay invasiones ya consolidadas.

Por ejemplo, ¿tendría algún sentido práctico declarar especie invasora al pasto kikuyo, originario de África, que ya está arraigado en la tierra fría de los Andes del norte? ¿Erradicarlo sería una decisión de manejo lógica? Es obvio que no. También hay invasiones biológicas que hoy podrían ser inevitables, pero que son benéficas, como el caso de la abeja melífera. ¿Quién pretendería erradicarla?

El asunto es que muchas especies exóticas ya hacen parte de nuestro ambiente próximo y algunas con invasiones consolidadas e integradas a los ecosistemas modificados. Frente a ellas el asunto es aprender a convivir. Por supuesto, la prioridad siempre es tratar de evitar las invasiones biológicas potenciales o en proceso incipiente, antes que se produzcan. Cada caso y cada contexto tiene sus particularidades.

P: ¿Esta ponderación es válida para todos los casos?

Respuesta: Empecemos por decir que evitar siempre es la acción que tiene el mayor efecto frente a la gestión del riesgo social y ambiental. Definido esto, es claro que hay asuntos específicos que merecen otra mirada. Hablemos del pez basa, especie que requiere un análisis profundo, porque no significa que, a través de la ponderación de opciones, tengamos que tomar decisiones que, por acción u omisión, nos lleven a la necesidad ineluctable de aprender a convivir con ellas. No, mientras se pueda evitar la invasión.Este pez, que no está en la lista de especies invasoras, aparentemente ya está invadiendo y tiene el riesgo de alterar la composición de captura en las pesquerías artesanales en el Río Magdalena -que acaban de ser reconocidas como un patrimonio intangible en Colombia-. Aquí estaríamos frente a la ponderación de un riesgo biológico determinado y de los valores sociales y culturales.Tampoco se puede olvidar que hay víctimas directas de una invasión biológica.

Por ejemplo, en el caso de los hipopótamos, estas víctimas deberían estar presentes en la mesa donde se tomen las decisiones de las autoridades ambientales.Lo que trato de hacer entender es que los planes de manejo que se establezcan frente a una invasión biológica deben ser a tiempo para prevenir el riesgo, basados en la ciencia, porque que una vez producidas las invasiones el asunto se vuelve de una mayor complejidad. En este caso, la ciencia estaría lista, pero, sobre todo, para documentar las consecuencias.


P: Teniendo en cuenta que el debate no es sencillo, ¿la prevención no sería la mejor estrategia?

Respuesta: Prevenir nuevas invasiones biológicas es la primera acción que se debe realizar en el marco de la conservación de la biodiversidad. Es la palabra, es decir, estar presente con decisiones basadas en la ciencia antes de que sucedan. Entre otras, porque muchas de las consecuencias son totalmente impredecibles. Hay situaciones en el mundo conocidas, que pueden ser compartidas por la comunidad científica y que ayudarían en este sentido. La mencionada IPBES, por ejemplo, va a lanzar un informe global sobre especies exóticas invasoras a mediados de este año 2023.

En este sentido, debemos recordar que una de las fortalezas que tenemos en Colombia es un protocolo claro para la identificación del potencial de invasión de especies. Una fortaleza que tiene un valor adicional y es la interinstitucionalidad, es decir, que en la decisión de declarar una especie como invasora y en la definición de los lineamientos de su manejo participan la academia, el Instituto Humboldt y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.Con todo, en un mundo impregnado hoy de nuevos valores, como la sensibilidad por el bienestar animal, que ya ha llegado a la política, la gestión de las invasiones biológicas se convierte en otro espacio de tensión en la relación entre la ciencia y las decisiones políticas. Sobre este tema, de suma complejidad, se verán desarrollos en el corto plazo en ámbitos judiciales, los cuales no deberían disminuir nuestra capacidad de aplicar herramientas conocidas de gestión de la biodiversidad. La ciencia tiene un papel crucial, pero su vigencia tiene un espacio limitado en el proceso de la invasión biológica.Las especies invasoras son un tema de intenso debate. De un lado, se plantea el problema que supone la expansión de individuos y el establecimiento de especies no nativas, que ponen en riesgo la biodiversidad y la seguridad de la vida humana. Mientras, en la otra orilla están quienes defienden que todas las formas animales deben vivir y no ser maltratadas.La polémica crece en la medida que aumenta la lista de especies invasoras; mientras los voceros, desde diversas perspectivas, manifiestan sus posturas.

Invasiones biológicas y biodiversidad: el efímero momento de la ciencia”: Germán Ignacio Andrade
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