- Once investigadores del Instituto Humboldt analizaron los registros de biodiversidad enviados a las plataformas Naturalista y eBird durante el periodo más estricto de la cuarentena en 2020, y el mismo período entre 2015 y 2019.
- Aunque la participación fue destacada, los registros estuvieron concentrados en regiones altamente transformadas y tanto los esfuerzos de muestreo como el número de especies reportadas disminuyeron.
- Más de 1.146 ciudadanos subieron sus observaciones a Naturalista entre marzo y abril del año pasado, cifra que en 2019 fue de 2.372. En el Global Big Day de 2020 participaron 2.754 pajareros, comparados con 2.313 del año anterior.
- En un artículo publicado en la revista Biological Conservation, los investigadores recomiendan construir y fortalecer redes más diversas de observadores para promover la descentralización, democratización y efectividad en la investigación y monitoreo de la biodiversidad en Colombia.
La pandemia de la covid-19 pareció aumentar la conciencia pública mundial sobre la biodiversidad y la importancia de su monitoreo. Durante los confinamientos estrictos, los ciudadanos reportaron imágenes sorprendentes de mejoría en el estado de algunos ecosistemas y de animales transitando con calma por zonas urbanas, aparentemente debido a la ausencia humana.
Colombia no fue la excepción. La ciudadanía inundó las redes sociales con fotografías y videos que dejaron perplejo a más de uno, como de playas de Santa Marta y Cartagena con aguas cristalinas y delfines, zorros deambulando por Bogotá, osos mieleros por las carreteras y un revoloteo de aves; sin embargo, aún queda la duda de si estos hallazgos fueron resultado de cambios en los comportamientos de la fauna o de los observadores.
Varios de estos hallazgos fueron publicados en las dos plataformas más usadas de ciencia ciudadana sobre biodiversidad en el país: Naturalista y eBird, sitios que se han convertido en los espacios ideales para que los científicos ciudadanos hagan sus aportes para ampliar el conocimiento sobre la biodiversidad nacional.
En los últimos años, las plataformas de ciencia ciudadana han permitido acumular grandes cantidades de datos en lugares restringidos para muchos expertos, un panorama que ha permitido responder preguntas, apoyar la toma de decisiones e incluso describir especies hasta ahora desconocidas para la ciencia o que se creían extintas.
Once investigadores del Instituto Humboldt se dieron a la tarea de analizar los reportes publicados por los colombianos en ambas plataformas para averiguar si estos datos permitirían describir los efectos de la ‘antropopausa’ en la biodiversidad del país, es decir durante la primera cuarentena estricta del año pasado para combatir la pandemia del coronavirus.
“Comparamos la distribución de registros según la huella humana, los comportamientos de muestreo y la composición de especies en ambas plataformas durante la fase más estricta del confinamiento por covid-19 en 2020 y los mismos períodos entre 2015 y 2019”, cita el artículo publicado en la revista Biological Conservation.
Lina María Sánchez Clavijo, Sindy Martínez Callejas, Orlando Acevedo Charry, Angélica Díaz Pulido, Bibiana Gómez Valencia, Natalia Ocampo Peñuela, David Ocampo Rincón, María Helena Olaya Rodríguez, Juan Carlos Rey Velasco, Carolina Soto Vargas y Jose Manuel Ochoa Quintero, fueron los encargados de analizar los registros ciudadanos en ambas plataformas.
“Antes de usar estos datos para probar hipótesis sobre el impacto de las actividades humanas en nuestro ambiente, debemos tener en cuenta los efectos del confinamiento en el comportamiento de los observadores que contribuyen con sus registros a las plataformas”, dice el artículo.
Inicia el análisisEl estudio del Instituto Humboldt inició con el análisis de los registros publicados en Naturalista y eBird durante la cuarentena estricta y obligatoria en Colombia, del 24 de marzo al 11 de mayo del año pasado, cuando se cerraron fronteras internacionales, cancelaron viajes nacionales y estuvo completamente restringida la circulación de personas y vehículos.
“Los datos de Naturalista provienen del proyecto “Naturalistas Urbanos desde Casa (NUC), un bio-blitz llevado a cabo entre el 25 de marzo y 25 de abril que invitó a las personas a registrar la biodiversidad alrededor de sus hogares durante el confinamiento preventivo”, afirman los investigadores.
Para la plataforma eBird, la más importante para reportar observaciones de aves, los expertos tomaron como base los datos recolectados durante el Global Big Day, un evento anual que en 2020 coincidió con la fase más estricta del confinamiento en Colombia, por lo cual muchos observadores de aves debieron pajarear desde sus casas.
“El Global Big Day ha sido muy publicitado desde 2017, lo que ha generado niveles de participación que superan a cualquier otro evento de ciencia ciudadana en Colombia. Este aumento en la participación conduce a picos anuales para la participación en eBird en términos de número de listas de chequeo, registros, observadores, cobertura de sitios y especies”.
Durante el mes más estricto de la cuarentena del año pasado, 1.146 ciudadanos publicaron 8.734 registros de biodiversidad en la plataforma Naturalista. Durante el Global Big Day, 2.574 observadores de aves enviaron 7.699 listas de chequeo.Aunque los investigadores catalogaron esta participación como sustancial, los análisis mostraron disminuciones comparados con años anteriores en Naturalista, ya que, en el mismo periodo de 2019, esta plataforma registró en Colombia 2.372 participantes con 20.674 observaciones.
Todo lo contrario ocurrió con los “pajareros” en eBird, ya que en el Global Big Day de 2019 participaron 2.313 observadores de aves, quienes enviaron 7.173 listas de chequeo.
Alta participación en zonas transformadasLas observaciones en Naturalista y las listas en eBird están georreferenciadas, lo que les permitió a los investigadores cuantificar el grado de perturbación asociado a los lugares donde se hicieron los registros.
“Mapeamos estos puntos y extrajimos su valor correspondiente de una capa de Índice de Huella Humana, que combina el uso del suelo, densidad de población rural, distancia a las carreteras y asentamientos, fragmentación de la vegetación natural, entre otros”.
La mayoría de registros durante la cuarentena de 2020 provino de zonas urbanas o altamente transformadas. El análisis del Humboldt mostró menos observaciones en áreas menos impactadas, como las del oriente de Colombia.
“En ambas plataformas, las observaciones realizadas en 2020 provinieron de lugares con niveles altos de transformación humana. Sin embargo, el cambio entre 2019 y 2020 fue mucho más drástico en los registros de eBird que en los de Naturalista”, cita el artículo.
Baja en la cantidad de especiesEl número de especies reportadas por los ciudadanos durante la cuarentena estricta de 2020 registró una baja considerable, en especial en la plataforma Naturalista.“Los científicos ciudadanos contribuyeron registros de 1.292 especies durante la cuarentena en Naturalista, es decir 34 por ciento menos que las reportadas en 2019. Sin embargo, fue un 11 por ciento más que en 2018”.
La disminución de especies en eBird fue menos notoria. En el día analizado de 2020, los “pajareros” registraron 1.435 especies de aves, un 9 por ciento menos que el número de 2019.El análisis también arrojó una disminución en el número de especies amenazadas y endémicas reportadas entre 2019 y 2020. Para Naturalista, las amenazadas pasaron de 112 a 27 y las endémicas de 257 a 109. En eBird, este panorama fue de 154 a 129 especies amenazadas y de 56 a 47 endémicas.
Es muy probable que estas disminuciones en la cantidad de especies reportadas en ambas plataformas se deban tanto al sesgo por zonas altamente intervenidas en los muestreos, como a disminuciones en el esfuerzo o cambios en el comportamiento de los observadores.
Por ejemplo, en Naturalista los investigadores encontraron que menos participantes registraron más de cinco observaciones de biodiversidad durante el confinamiento con respecto al mismo período durante 2019.
Los usuarios de eBird, hicieron listas más cortas y cambiaron su estrategia de muestreo de conteos en recorridos a conteos estacionarios.
¿Qué dicen los resultados?
Entre los principales hallazgos del estudio están que los registros de biodiversidad en las plataformas de ciencia ciudadana se concentraron en regiones altamente transformadas y que se presentaron menores esfuerzos en el muestreo.
“Aunque algunos lugares remotos fueron muestreados en 2020, evidenciamos un fuerte cambio hacia la observación de aves en áreas urbanizadas en respuesta al confinamiento, algo que coincide con el patrón general encontrado para los datos de eBird durante abril en otras regiones del mundo”.
Para los investigadores, muchos observadores de aves probablemente optaron por seguir la recomendación de hacer sus listas desde casa, reduciendo el alcance espacial de los datos para 2020 en comparación con años anteriores.
A los expertos no les sorprendió encontrar menos especies amenazadas y endémicas en las muestras de 2020, ya que estas generalmente tienen menor detectabilidad y rangos geográficos reducidos.
“Por ejemplo, todas las aves endémicas detectadas durante el Global Big Day de 2019 y no durante 2020 solo se pueden encontrar en localidades de difícil acceso en la Sierra Nevada de Santa Marta, Valle de Magdalena, costa noroeste del Pacífico y Parque Nacional Munchique”.
Según los científicos del Humboldt, estos datos de ciencia ciudadana complementan los estudios de biodiversidad realizados por universidades e institutos de investigación en regiones naturales y vírgenes.
“Los conjuntos de datos proporcionados por iniciativas de ciencia ciudadana son un gran complemento para estudiar el impacto de la huella humana en las especies comunes y adaptadas a perturbaciones. Sin embargo, todavía existen dificultades tecnológicas asociadas con el uso de plataformas digitales en las regiones rurales, por lo cual necesitamos idear nuevas estrategias para involucrar personas en estas áreas para participar de manera más constante”.
En el artículo recomiendan fomentar una mayor diversidad de actores para crear proyectos que ayuden a responder preguntas ecológicas relevantes en los procesos de toma de decisiones. “Hay que promover mejores prácticas para recopilar, curar, procesar, analizar e interpretar datos de ciencia ciudadana”.
Por último, los 11 expertos precisan que, para aumentar el potencial de la ciencia ciudadana para monitorear especies raras o áreas naturales, se requiere construir y fortalecer redes más diversas de observadores que puedan promover aún más la descentralización, democratización y efectividad en la investigación y monitoreo de la biodiversidad en Colombia.