- Investigación del Instituto Humboldt y Cormacarena concluye que el Área de Manejo Especial La Macarena (AMEM), por sus 737 especies, es una de las regiones con mayor riqueza de aves en Colombia, algunas poco conocidas en el país. Es necesario un análisis profundo desde la ornitología e instituciones dedicadas a la conservación.
- El estudio confirma la presencia de 12 especies de peces que se presumen desconocidas para la ciencia y en actual proceso de revisión científica, 22 especies endémicas, cinco nuevos registros para Colombia y diez para la cuenca del Orinoco.
- Según el informe, la deforestación facilitó la invasión por parte de anfibios orinoquenses como el sapo de caño (Rhinella beebi) y las ranas mono grande (Scinax wandae) y platanera (Boana xerophylla). En cuanto a reptiles amenazados, están la tortuga terecay (Podocnemis unifilis), la morrocoy (Chelonoidis carbonarius) y los últimos remanentes del caimán llanero (Crocodylus intermedius).
El Instituto Humboldt y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena (Cormacarena) realizaron una evaluación biológica a los ríos Guayabero, Losada y Duda para el avance en el conocimiento de su biodiversidad, la planificación, la conservación y el manejo sostenible de sus recursos.
La expedición, realizadaen 2018 por cerca de treinta expertos, evaluó ecosistemas acuáticos y terrestres, grupos biológicos de microalgas, macroinvertebrados ribereños, peces, anfibios, reptiles y aves de la parte alta de la cuenca del río Guaviare, en época de sequía (febrero) y lluvia (junio-julio). Los resultados están disponibles en la publicación gratuita Biodiversidad de la Sierra de La Macarena, Meta, Colombia. Parte I. Ríos Guayabero medio, bajo Losada y bajo Duda.
En relación a la herpetofauna, se listan 39 especies de anfibios, 68 de reptiles y 737 de aves. Para este último grupo hay ampliaciones significativas en cuanto a distribución geográfica y grabaciones sonoras de aves muy poco conocidas en Colombia, entre ellas el carpinterito telegrafista (Picumnus ruficeps), el homiguero punteado (Hylophylax punctulatus), el saltarín mayor (Schiffornis grande), el picoplano (Tolmomyias traylori) y el picochato rayado (Hemitriccus striaticollis).
Respecto a los macroinvertebrados acuáticos fueron identificados 114 insectos, moluscos y crustáceos; en peces se registraron 245 especies, de las cuales las sardinas de río, tetras, pirañas y bocachicos representan el 46,5 %, mientras los bagres el 39,2 %.
En cuanto al aprovechamiento comercial por pesca artesanal de consumo, ornamental y deportiva, es indispensable la implementación de planes de conservación y manejo, especialmente porque el bagre amarillo (Zungaro zungaro) y la payara (Hydrolycus armatus) son objeto de una fuerte presión pesquera.
El elevado potencial de especies con fines ornamentales se vislumbra como alternativa económica para las poblaciones locales, únicamente cuando su aprovechamiento sea sostenible. Deben desarrollarse programas de monitoreo pesquero en los que participen las comunidades, previo diagnóstico de la pesca comercial y deportiva con miras a su ordenamiento.
Estudios complementarios. Los resultados de estas evaluaciones fueron complementados con análisis detallados de geología, climatología, aspectos físicos y biológicos de los ecosistemas de agua dulce, entre otros; información secundaria y casos de estudio acerca de algas epífitas; interacción entre cocodrilos y humanos; población y distribución del delfín rosado del Orinoco (Inia geoffrensis humboldtiana) y abundancia de primates, aves y mamíferos en el Parque Nacional Natural Tinigua.
Aunque en los ríos Guayabero y Losada las interacciones entre cocodrilos y pobladores son positivas, persiste una amenaza latente por el manejo inadecuado de desperdicios en la pesca y el turismo (“paseo de olla”); la presencia de animales domésticos en las riberas; la falta de servicios de agua potable que obliga a los pobladores a buscarla en los ríos y la baja tolerancia hacia estos reptiles, por desconocimiento de su historia natural. Tal panorama requiere, según la publicación, el diseño y desarrollo de programas educativos dirigidos a las comunidades.
Al respecto del delfín rosado, los resultados de estudios realizados entre 2016 y 2018 destacan la importancia de las confluencias de los ríos Guayabero, Losada y el Caño Yarumales para la ecología de la especie. En el caso de la abundancia de primates diurnos sobresalen los churucos (Lagothrix lagothricha), los monos araña (Ateles belzebuth), los maiceros (Sapajus apella) y los aulladores (Alouatta seniculus); su presencia revela el buen estado de conservación de la región. Los chanchos de monte (Pecari tajacu) resaltan entre los mamíferos terrestres más numerosos y los paujiles (Crax alector y Mitu salvini) prevalecen en el grupo de aves. La riqueza en comunidades de algas, 66 especies, indica la buena calidad del agua de los ríos analizados.
Este informe aporta conocimiento novedoso, y de primera línea, sobre un segmento importante de la biodiversidad de la Sierra de La Macarena, incluidos los ríos Guayabero, Duda y Losada, además de ecosistemas terrestres aledaños. Asimismo, resulta útil en la gestión, manejo y conservación del AMEM y de los parques nacionales naturales Sierra de La Macarena y Tinigua. Sin embargo, este estudio no abarca en su totalidad todo el complejo biogeográfico por lo cual son necesarias exploraciones posteriores y evaluaciones biológicas rápidas.