Y es que las colecciones biológicas son fundamentales en temas de conservación de la biodiversidad biológica principalmente porque es en las colecciones que se genera el reconocimiento taxonómico de las entidades biológicas, ¿esto qué significa?, pues que es lo que le permite a los investigadores saber y reconocer quiénes son las especies. Así mismo, es a través de los innumerables registros biológicos en una colección que se puede identificar su distribución geográfica, se conoce si son restringidas a áreas y/o ecosistemas particulares (endémicas), y también se puede estimar sus abundancias, es decir que se puede inferir sobre el estado de la población. Saber qué tenemos, en dónde está distribuido y en qué estado está, es la información básica para iniciar un proceso de seguimiento y conservación de una especie determinada.
Las colecciones biológicas son repositorios importantes de información en biodiversidad. Aunque parezca increíble, cientos de objetos de colección como especímenes, cráneos, plumas, frutos, tejidos, entre otros, guardan los secretos del mundo natural y la memoria de los ecosistemas. Los ejemplares nos recrean la historia de las transformaciones de los sitios y nos ilustran mundos desconocidos.
En los esfuerzos mundiales por la conservación de las especies y más aún en iniciativas como las de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza -UICN, las colecciones cobran cada vez más relevancia, ya que los registros biológicos y la información histórica de los ejemplares han ayudado a la categorización de amenazas de las especies en peligro de extinción.