Quienes lo conocieron lo recuerdan como un apasionado de las aves. Tanto que en sus recorridos semanales por el kilómetro 18 y La Teresita, ubicada en los Farallones de Cali solía llevar lápiz y papel para dibujar los pájaros que se encontraba en el camino.
Recuerda Gustavo en entrevista con la revista Pesquisa Javeriana, “hace muchos años tuve varios hobbies, pero observar la naturaleza es el único que sobrevive. Adentrarme en los bosques absorbió todo lo demás. Lo único que me interesa es salir a ver qué están haciendo los pájaros”. El otro hobbie que nunca dejó fue la admiración y afecto por su inseparable compañera de vida, investigaciones y aventuras, su colega y esposa, la bióloga Carolina Murcia.
Gustavo fue un naturalista auténtico y consagrado, su disciplina y su pasión por la vida silvestre lo llevaron a ser uno los mayores exponentes en las ciencias biológicas de Colombia. Trabajó con la Wildlife Conservation Society por 15 años, desde donde dirigió la Fundación EcoAndina en Cali, Valle y formó e inspiró a jóvenes biólogos que hoy replican su legado en el trabajo por la conservación de nuestra biodiversidad. Fue un miembro apasionado de la Asociación Colombiana de Ornitológia, de la cual fue director entre los años 2012 y 2014 y desde donde impulsó congresos, cursos y talleres, siempre enfocado en seguir formando biólogos con muy altos estándares de calidad. En los últimos años se desempañaba como profesor de la Universidad Javeriana de Cali.
Dedicó más de 30 años al estudio y conservación de la biota neotropical. Sus más recientes investigaciones se enfocaron en entender los efectos de la distribución y abundancia de recursos, los patrones de uso de hábitat en la estructura y dinámica de las poblaciones de especies en el tiempo y en el espacio. Esto con el fin de avanzar en la conservación de especies amenazadas y, en general, de la biodiversidad. Sin duda, Gustavo fue un visionario en producir ciencia de vanguardia al abrir paso a la ecología neotropical, base del ejercicio científico que hoy se desarrolla en el país.
Como profesor y mentor, Gustavo estuvo al servicio de los estudiantes y colegas que están en el camino de entender nuestra biodiversiadad, poniéndola al servicio de la sociedad que demanda información de calidad. Se destacaba por la humildad, sencillez y bondad con la que enseñaba y compartía ampliamente sus conocimientos, cualidades humanas y profesionales por la que fue muy respetado por la comunidad científica nacional e internacional.
Sus organismos favoritos fueron las aves, sin dejar de lado otros vertebrados y algunos invertebrados. “Una de las características más importantes de las aves son las plumas; es el único grupo de animales que las poseen” explicó el biólogo, convertido en ornitólogo.
Actualmente, Gustavo estaba cumpliendo uno de sus más grandes sueños como ornitólogo: visitar después de más de 100 años las zonas del Occidente Colombiano que fueron parte de la expedición de Frank Chapman del Museo Americano de Historia Natural, a principios del siglo XX y documentar los cambios en la avifauna a través del tiempo. Este proyecto es financiado por la National Geographic Society y se desarrolla con apoyo del Instituto Humboldt, la Universidad de los Andes y el Instituto de Ciencias Naturales - ICN.
Gustavo Habib Kattan Kattan fue biólogo de la Universidad del Valle y obtuvo sus títulos de maestría y doctorado en la Universidad de Florida en Gainesville, EE. UU. Fue merecedor de importantes reconocimientos como el Biotropica Award for Excellence in Tropical Biology Conservation de la Association for Tropical Biology and Conservation.
“Hay que aprender a conversar con la naturaleza, hacer la pregunta correcta y saber interpretar la respuesta”. Con este legado y desde el Instituto Humboldt le recordaremos, agradeciendo sus invaluables aportes a la ciencia y a la ornitología en Colombia.