Debido a la alta vulnerabilidad nacional a los efectos del cambio climático, Colombia lidera, junto a otros países de la región, gestiones integrales ambientales que permitan hacerle frente desde diversas perspectivas: reducción de la deforestación, conservación y monitoreo de áreas protegidas, eficiencia energética, movilidad sostenible, entre otros.
A pesar de que los impactos del clima extremo afectan a la biodiversidad –incluyendo especies y ecosistemas–, se evidencia que la funcionalidad y estructura ecosistémica optimizan su capacidad de resistencia en el territorio, promoviendo el bienestar humano.
Por este motivo, el Instituto Humboldt avanza en la construcción de una línea institucional que, llevada a nivel nacional, aminore los efectos del cambio climático a partir de la resiliencia y adaptación de los ecosistemas y comunidades del país.
La línea dispone de dos documentos: el primero, aún en proceso de construcción, reúne los conceptos fundamentales para dimensionar la variabilidad climática y se socializará con las entidades que conforman el Sistema Nacional Ambiental (Sina) y actores sociales en el territorio nacional.
El segundo manuscrito presentará sugerencias para abordar el tema con un enfoque integrador, que contemple los impactos negativos de este fenómeno antropogénico en la biodiversidad y a la vez evidencie el potencial de la diversidad biológica como respuesta contundente a los efectos que trae consigo. “Un ecosistema promueve resiliencia porque está preparado para contrarrestar los impactos y, en caso de verse afectado, que sea lo menos posible” afirma María Eugenia Rinaudo, de la Oficina de Asuntos Internacionales, Política y Cooperación del Instituto Humboldt.
Lograrlo representa un reto más cuando no todos los sistemas biológicos del país están conservados (35 de los 81 identificados en el territorio nacional se catalogan “en peligro crítico” o “en peligro”, según la publicación Biodiversidad 2015. Reporte de estado y tendencias de la biodiversidad continental de Colombia. El 23,6 % del territorio continental colombiano presenta algún estado de alteración, degradación o destrucción: el 82,3 % y el 61,8 % corresponden a la región Caribe y Andina, respectivamente, de acuerdo con cifras del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia(Ideam), por causa de factores relacionados con la densidad poblacional y la demanda de bienes y servicios ecosistémicos que generan procesos socioeconómicos y culturales tanto legales como ilegales: establecimiento de sistemas agropecuarios, explotación forestal, actividades industriales, minería, desarrollo urbano, desarrollo industrial, construcción de obras de infraestructura y de megaproyectos, e introducción de especies exóticas e invasoras.
Frente a este diagnóstico, una de las herramientas aliadas de la biodiversidad para contrarrestar las consecuencias del cambio climático es la restauración ecológica, que a través del estudio de ecosistemas degradados y procesos de restablecimiento por medio de técnicas como la revegetación, el manejo de cuidado de bosques, las obras de conservación de suelos, de mejora de hábitat para la fauna, labores hidráulicas, de estabilización de terrenos y taludes, de reconfiguración topográfica, de aplicación de enmiendas orgánicas a la superficie, de eliminación de especies invasoras y de uso de microorganismos, hongos, plantas o las enzimas, brinda herramientas para entender y afrontar la degradación de los ecosistemas.
Esta y otras estrategias de adaptación y mitigación incluirán y reconocerán, además, conocimientos tradicionales de comunidades indígenas y locales para crear procesos de incidencia y toma de decisiones con un enfoque de regionalización que promuevan la capacidad adaptativa y gobernanza a diferentes niveles territoriales, a la vez que integran diversos sistemas de conocimiento en torno a la biodiversidad y el cambio climático.
Esta iniciativa del Instituto Humboldt está alineada con la convergencia mundial entre ciencia y política frente a la variabilidad climática; también, se inscribe en el Plan Institucional Cuatrienal de Investigación Ambiental (Picia) que promueve la generación de conocimiento, a partir de la investigación en biodiversidad y servicios ecosistémicos, para tomar decisiones nacionales en materia de adaptación y mitigación al cambio climático.
A partir de lo anterior, el Instituto Humboldt coordina la realización de un Taller Nacional de Expertos con el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), con apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Agencia Alemana para la Cooperación Técnica (GIZ). El evento está programado para los días 6 y 7 de octubre de 2016, con transmisión vía streaming en http://giz.salasvirtuales.info/.
En esta actividad participarán académicos, tomadores de decisiones, representantes de diversos ministerios, sector privado, representantes de la Red Nacional de Jóvenes de Ambiente y líderes de comunidades indígenas y afrodescendientes. “La intención es sentarnos a debatir para identificar vacíos y necesidades nacionales en la materia pues todavía desconocemos cómo reaccionan ciertos ecosistemas nacionales frente al cambio climático y, por ende, necesitamos resaltar estrategias de innovación que pueden surgir desde las mismas comunidades por medio de la biodiversidad”, menciona Rinaudo.
Con charlas magistrales y paneles de discusión con un enfoque intersectorial se espera crear una Red de Expertos Nacional en Biodiversidad y Cambio Climático, que haga seguimiento y monitoreo a iniciativas similares y fomente propuestas científicas y políticas en el país.
Entre los asistentes al Taller están Luis Gilberto Murillo –ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible–, Hernando García –director (e) del Instituto Humboldt–, Rodrigo Suárez –director Oficina de Cambio Climático– y Tito Calvo –director técnico de la Dirección de Bosques Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del MADS, María Laura Rojas –coordinadora de Asuntos Ambientales de la Cancillería colombiana–, y Matthaeus Hofmann –coordinador del programa Políticas Ambientales y Manejo Sostenible de los Recursos Naturales para Colombia de GIZ– como participantes del panel de alto nivel.
Las conclusiones del encuentro serán enviadas a los diferentes ministerios y entidades competentes del Gobierno como preparación para la posición nacional ante la Conferencia de las Partes COP 22 –de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)– COP 13 –del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB)– instancias que reúnen a representantes de los países parte y actores clave encargados de promover la aplicación de estos dos acuerdos multilaterales que propicien y promuevan la gestión integral conjunta de la biodiversidad frente a la variabilidad climática, aspecto de gran relevancia para Colombia en la Política Nacional de Gestión Integral de la Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (PNGIBSE) y de la Política Nacional de Cambio Climático (PNCC), en actual formulación.