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Los colibríes pudieron verse afectados por el arrollador paso del huracán Iota en Providencia
Los colibríes pudieron verse afectados por el arrollador paso del huracán Iota en Providencia
autor
Prensa Instituto Humboldt
publicación
26.1.21

De las más de 300 especies de colibríes registradas en el mundo, 165 habitan los ecosistemas del territorio nacional

  • Durante los siete días de la expedición Cangrejo Negro, los investigadores de los Institutos Humboldt y Sinchi solo pudieron observar un individuo del colibrí mango pechiverde (Anthracothorax prevostii).
  • Antes de Iota, esta especie era considerada frecuente en las zonas más arbustivas de la isla e incluso en los jardines de las casas.


Colombia es un país rico en colibríes, aves rápidas que pueden presentar plumajes iridiscentes, con colores de piedras preciosas como rubíes, zafiros y esmeraldas. Se alimentan en pleno vuelo batiendo sus alas hasta aproximadamente 100 veces por segundo.

De las más de 300 especies de colibríes registradas en el mundo, 165 habitan los ecosistemas del territorio nacional, número que lo convierte en el país con la mayor riqueza de especies de esta familia en todo el planeta.

Durante los siete días de la expedición Cangrejo Negro, los investigadores recorrieron la isla para hacer el diagnóstico sobre el estado de las aves. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt)



Los colibríes, que actualmente solo habitan en el continente americano, son las únicas aves capaces de volar hacia atrás y hacia abajo. Con sus picos alargados, curvos o rectos obtienen el néctar de las flores y cumpliendo un importante rol ecológico al polinizar ciertas especies de plantas; por eso se les conoce también como picaflores.

El colibrí mango pechiverde (Anthracothorax prevostii), una de las especies registradas en Colombia, es una de las aves más emblemáticas para la población raizal de Providencia. Aparecía con frecuencia tanto en las zonas de borde de bosque más conservados, como en las áreas urbanas con relictos de vegetación.

Sin embargo, luego del paso arrollador del huracán Iota por Providencia, representado en fuertes superiores a los 200 kilómetros por hora, este colibrí parece ser una de las especies más afectadas.

Los investigadores del Instituto Humboldt solo pudieron registrar la presencia de un colibrí mango pechiverde. Foto: Felipe Villegas (Instituto Humboldt).




Durante los siete días de la expedición Cangrejo Negro, en la que cerca de 30 investigadores del Sistema Nacional Ambiental recorrieron la isla para hacer el diagnóstico sobre el estado de la biodiversidad, el colibrí mango pechiverde brilló por su ausencia.

“Antes del huracán, este colibrí era frecuentemente observado en zonas de jardines y casas y en las localidades asociadas a las áreas arbustivas. Lamentablemente, en la expedición solo logramos registrar un individuo”, informó Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt.

García aseguró sentirse bastante preocupado por la falta de registros de este colibrí en Providencia. “Con nuestro ornitólogo David Ocampo recorrimos todas las localidades donde las comunidades lo habían observado con frecuencia antes del huracán”.

Los ecosistemas de Providencia quedaron seriamente afectados por el paso del huracán Iota. Foto: Ruby Marcela Pérez (Instituto Humboldt).




David Ocampo, quien lideró los recorridos en Providencia para avistar las aves, también indagó con varios pobladores de la isla sobre este colibrí. “Mediante una observación solo pudimos avistar un individuo, y la comunidad nos informó haber observado no más de dos individuos en los pasados días. Esto nos sugiere que el tamaño poblacional ahora podría ser bastante bajo, producto del paso del huracán”.

El colibrí mango pechiverde cuenta con tamaños que oscilan entre los 10 y 12 centímetros. Su plumaje es de color verde brillante, con tonos negros en pecho, blancos en los muslos y vinotintos en las alas.

“Tenemos que hacer una evaluación más a fondo sobre el estado de la población de esta especie, además de definir las medidas de manejo para mejorar la condición y salud del hábitat y así volver a recuperarlo”, puntualizó García.

Ocampo tiene proyectado estudiar más en con más detalle el estado de la población de esta especie de colibrí en Providencia. “Esto nos permitirá plantear estrategias que ayuden a esta ave, y otras, a ir recuperando sus tamaños poblacionales, que además contribuiría con la recuperación de la diversidad funcional dentro del ecosistema”.

Anthracothorax prevostii cuenta con una amplia distribución principalmente en zonas costeras en el continente americano, como en los bosques, sabanas, pastizales y manglares de varias islas del Caribe, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, México, Perú y Venezuela.

Los colibríes pudieron verse afectados por el arrollador paso del huracán Iota en Providencia
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