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“La biodiversidad está de luto por la pérdida del guardián del loro orejiamarillo”: Instituto Humboldt
“La biodiversidad está de luto por la pérdida del guardián del loro orejiamarillo”: Instituto Humboldt
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Prensa Instituto Humboldt
publicación
11.1.21

El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt rechaza y condena el asesinato de Gonzalo Cardona Molina

  • Gonzalo Cardona Molina trabajó durante 23 años en la Fundación ProAves protegiendo de la extinción a esta ave endémica de Colombia.
  • El Instituto Humboldt rechaza y condena el asesinato del líder ambiental y lamenta el alto riesgo en el que se encuentran los guardianes de la biodiversidad colombiana.


El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt rechaza y condena el asesinato de Gonzalo Cardona Molina, guardián del loro orejiamarillo, y lamenta la pérdida de todos los líderes ambientales que han sacrificado su vida por defender los recursos naturales.

“Es indignante que el segundo país más biodiverso del planeta siga perdiendo a sus grandes defensores a manos de la violencia. Personas como Gonzalo Cardona Molina no han hecho otra cosa que defender, cuidar y conservar nuestros grandes tesoros de flora y fauna. La biodiversidad colombiana está de luto”, dijo Hernando García Martínez, director general del Instituto Humboldt.

García hizo un llamado para que cesen los atentados y asesinatos de los líderes ambientalistas colombianos, “personas que cumplen una vital y loable labor en la defensa de nuestros recursos naturales y que están en un alto riesgo por el conflicto armado y la violencia. La pérdida de cualquier guardián de la biodiversidad es una atrocidad que no debe continuar”.

El Instituto Humboldt también hace llegar a la familia de Gonzalo y a la Fundación Proaves su saludo de solidaridad.

Gonzalo Cardona nació en el municipio de Roncesvalles, en el departamento de Tolima, y siempre soñó con dedicar su vida a salvar al loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis), un ave de 42 centímetros con un plumaje verde y amarillo que habita en los Andes colombianos y que en su etapa reproductiva se traslada a las palmas de cera.

En 1998 Cardona Molina cumplió su sueño biodiverso cuando se vinculó a la Fundación ProAves, donde comenzó a trabajar por la conservación de la biodiversidad de su municipio, con gran vitalidad y rigor.

Durante más de dos décadas, Cardona apoyó a la Fundación ProAves en expediciones, censos y monitoreos que aportaron a la historia natural del loro orejiamarillo y de otros loros andinos.

Según ProAves, también acompañó con su sello de alegría y espontaneidad durante todo este tiempo a los visitantes del páramo de La Yerbabuena, lugar donde la fundación ejerce fuertes labores de conservación a través de su área protegida.

“Gonzalo siempre nos inculcó su amor incondicional por la naturaleza y nos enseñó que uno tiene que amar el medioambiente, esas cosas las va llevando uno en el corazón”, informó la Fundación en un comunicado.

Cardona trabajaba actualmente como coordinador de la reserva ProAves Loros Andinos, ubicada en la vereda La Yerbabuena en Roncesvalles, donde centró sus intereses y esfuerzos en proteger al loro orejiamarillo.

“Siempre se sintió orgulloso en decir que es una de las personas que más conocimiento tiene de esta especie en Colombia; además, es un experto en la regeneración de la palma de cera (Ceroxylon quindiuense), árbol nacional”, dijo ProAves.

El pasado 8 de enero fue la última vez que la fundación tuvo información sobre el guardián del loro orejiamarillo. Fue visto en la vereda La Unión, en el departamento del Valle del Cauca, en el camino que conduce de Barragán hacia Roncesvalles.

Ante su desaparición, ProAves hizo un llamado urgente a las autoridades, comunidad y organizaciones de la región para que notificaran cualquier información sobre su paradero, pero horas después del anunció le informó a varios medios de comunicación sobre el asesinato del líder ambiental.

Amor por la naturaleza

Durante más de dos décadas, Gonzalo acompañó incansablemente a los loros orejiamarillos para asegurarse que no fueran cazados y su hábitat no fuera destruido. Según ProAves, lo hizo de una manera carismática en un momento de inmenso peligro e incertidumbre.

ProAves dijo que Cardona había recibido amenazas. “Los eternos enemigos de la paz, asumieron que él tenía otros motivos, cuando simplemente estaba impulsado a hacer algo diferente”, dice el comunicado de la Fundación.

En diciembre, Cardona alcanzó a realizar el último censo nacional del loro orejiamarillo y la cotorra coroniazul. “Su libreta arrojaba un número aún impresionante para él mismo: 2.895 loros en Roncesvalles. La alegría desbordó su corazón con el orgullo del deber cumplido”.

Paz en su tumba.


“La biodiversidad está de luto por la pérdida del guardián del loro orejiamarillo”: Instituto Humboldt
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