Notas de actualidad
No items found.
Cuidar el páramo con manos de mujer
Cuidar el páramo con manos de mujer
autor
Camilo Rueda
publicación
3.1.23

En Mongua (Boyacá), las organizaciones campesinas promueven la gestión integral del páramo con importante liderazgo de las mujeres. El Instituto Humboldt se reunió con ellas para conocer su experiencia y dialogar sobre las iniciativas para el uso sostenible de este ecosistema.

Mongua es un pequeño poblado boyacense, incrustado en la Cordillera Oriental, en la provincia de Sugamuxi. Su nombre es de origen indígena y significa Sol Naciente. Su amplia plaza central devela un paisaje apacible, desde donde se divisan montañas en todos los puntos cardinales. En su zona rural tienen jurisdicción territorios del Parque Natural Regional Siscunsí-Ocetá y del complejo de páramos Tota-Bijagual-Mamapacha.

Entre el paisaje de alta montaña, se divisan viviendas de comunidades que por años han habitado esta localidad y que se han dedicado, principalmente, a las actividades agropecuarias.

Desde hace una década, y conscientes de la importancia de su región, los pobladores de este rincón de Boyacá vienen confluyendo en organizaciones campesinas que promueven el uso y el manejo sostenible del páramo. Entre ellas, se encuentran la Asociación Integral Campesina TDS y la Asociación Huerto Alto Andino.

Con manos de mujer

La Asociación TDS cuenta con 54 personas afiliadas, que desde el 2018 son lideradas por dos mujeres: Olga Rincón y Cristina Hurtado. “Desde su origen, la asociación había sido manejada por hombres. Pero en una asamblea se propuso el voto secreto y fuimos elegidas en la junta directiva”, explica Olga, quien desde entonces preside esta agrupación. En esa labor, la acompaña su cuñada Cristina.

Olga Rincón lidera la Asociación Integral Campesina TDS

Desde entonces, la asociación se ha revitalizado y ha visto incrementar las solicitudes de afiliación. En su nombre, se retoma la sigla de las veredas en las que tiene asiento: Tunjuelo, Dintá y San Ignacio. En ellas, tanto Olga como Cristina promueven el cuidado del páramo y las prácticas agropecuarias sostenibles. Para ello, han buscado el apoyo del Estado y de la cooperación internacional. Lo recibieron de Swissaid, una organización no gubernamental que promueve la seguridad alimentaria y la agroecología, y que las acompaña desde su fundación.

De Swissaid, en el marco de proyectos e iniciativas como “Guardianas de los páramos”, han recibido insumos y asesoría técnica. Gracias a este respaldo, hoy tienen varias huertas caseras e invernaderos. Los frutos que recogen son destinados al autoconsumo, principalmente, y los excedentes son comercializados entre vecinos o en la plaza del pueblo. Sin embargo, una comercialización estable es uno de los obstáculos que han enfrentado. “Llevamos los productos al mercado, pero a veces no se recuperan los gastos del transporte”, cuenta Cristina. Otro problema es el de recibir un apoyo técnico constante de las entidades oficiales, pues no siempre obtienen respuesta.

En su huerta integral tiene hortalizas, frutas y especies menores. También resguarda plántulas que le han obsequiado en intercambios de experiencias con otras comunidades de Boyacá, Cundinamarca y Nariño.

Además de estas iniciativas, la asociación se ha propuesto el aprendizaje sobre monitoreo comunitario de la biodiversidad y de restauración ecológica. Por eso, Cristina siempre porta un cuaderno en donde lleva anotaciones y dibujos de animales que avista en sus labores cotidianas. Este diario hace parte de un ejercicio de monitoreo que promueve la asociación.

Las guardianas de la Laguna Negra

Mujeres de la Asociación Huerto Alto Andino guiaron a un equipo del Instituto Humboldt en un recorrido por la Laguna Negra

Hacia el sur de la cabecera urbana de Mongua se encuentra el Parque Natural Regional Siscunsí-Ocetá, que se superpone con el complejo de páramos Tota-Bijagual-Mamapacha. De camino al parque habita Odilia Neita, representante de la Asociación Huerto Alto Andino, otro proceso campesino que promueve el cuidado del páramo y el manejo sostenible de la producción agropecuaria.

Huerto Alto Andino acoge a más de 50 familias que desde el 2011 se han dedicado a sembrar productos autóctonos de la región, con prácticas de agroecología. Utilizan el sistema de riego por goteo y viveros. Producen múltiples alimentos que, de una parte, se destinan al autoconsumo, y de otra, a la comercialización en mercados campesinos.

Por estas razones, los páramos han sido declarados ecosistemas estratégicos. Así quedó consagrado en la Ley 1930 del 2018, que dispone diferentes directrices enfocadas a la integralidad, preservación, restauración, uso sostenible y generación de conocimiento de los páramos, con participación de las comunidades.

Olga, Cristina y Odilia fueron algunas de las cerca de 40 personas que el pasado 18 de marzo se congregaron en Mongua con el fin de realizar un diálogo con una delegación del Instituto Humboldt. Entre los temas abordados en el encuentro, estuvo la socialización del proyecto Páramos para la Vida, una iniciativa que busca promover la gestión integral, participativa, sostenible y comunitaria de los páramos colombianos.

Camilo Rodríguez (centro), investigador del Instituto Humboldt, presenta a líderes de Mongua el proyecto Páramos para la Vida

“La naturaleza del proyecto busca generar, a través de la implementación de acciones participativas, una buena forma de vivir en el páramo y de trabajar de manera conjunta para buscar un buen relacionamiento entre personas, ecosistemas e instituciones”, sostiene Camilo Rodríguez,  investigador del Instituto Humboldt, quien lideró el taller de socialización en Mongua.

Páramos para la Vida es impulsado por el Instituto Humboldt en alianza con el Ministerio de Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con financiación del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, en 16 complejos de páramo del país, de la mano de las comunidades. El complejo Tota-Bijagual-Mamapacha, que abarca un amplio territorio de Mongua, es uno de los complejos priorizados por el proyecto.

Como parte de su implementación, se busca acordar planes de trabajo conjunto con las comunidades que los habitan. Entre sus acciones, se encuentran el diálogo y la búsqueda de acuerdos entre las comunidades y las instituciones; la promoción de actividades económicas sostenibles; el fortalecimiento de experiencias de cuidado del páramo existentes en el territorio; y el intercambio de información sobre la gestión sostenible del páramo.

Durante el encuentro, la comunidad de Mongua expresó algunas de sus inquietudes, como ¿qué va a pasar con la tenencia de la tierra en el páramo? ¿Cuáles son las actividades económicas permitidas -y cuáles no- en territorios de páramo y de parques naturales? ¿Cómo manejar la presencia de fauna salvaje, como venados, osos y pumas?

Taller de socialización del proyecto Páramos para la Vida en Mongua (Boyacá)

Tras la ronda de inquietudes, las comunidades conocieron los alcances del Instituto Humboldt en la gestión integral de páramo, y cómo la entidad realiza su trabajo. También se les informó sobre cómo el producto de su labor es un insumo para la toma de decisiones concertadas entre la población y las diferentes instituciones que convergen en el municipio.

El Instituto Humboldt, como entidad facilitadora, planteó la propuesta de seguir sosteniendo diálogos para implementar prácticas productivas adecuadas para el páramo, y de convocar encuentros con las autoridades encargadas de resolver las problemáticas planteadas, como la Agencia Nacional de Tierras y la Corporación Autónoma de Boyacá (Corpoboyacá).

Finalmente, se concertó realizar nuevos encuentros con líderes de juntas de acción comunal para seguir presentando el proyecto Páramos para la Vida, así como identificar predios susceptibles para implementar acciones de trabajo en el área priorizada, en la que experiencias como las que lideran las mujeres de Mongua serán fundamentales para seguir cuidando los páramos para la vida.

Cuidar el páramo con manos de mujer
No items found.